Primavera 2022

Si bien viene el temporal Diego y vamos a pasar más frío que calor, aquí va mi entrada primaveral y florida de este 2022. Básicamente, durante las siguientes líneas te voy a contar alguna paranoia nueva que me ha surgido y ponerle música.

Bueno, la verdad es que la primavera empezó bien. Tengo una pareja nueva, más clases y un (poco) menos acidez de estómago. Empecé el curso de Formación para la Docencia para el Empleo y estoy tramitando papeles para acceder al máster de profesorado de la UNED. Y estoy esperando para dos posibles puestos de trabajo, que me permitirá comprar más discos. Digo, establecerme.

«Jarrón con crisantemos», Renoir (1881). Imagen tomada del Metropolitan Museum.

Retrato del cansino cachorro. Por los senderos de Tyler Ramsey.

Generalmente, amado/a lector/a, empiezo cada entrada introduciendo un poco el artista, disco o situación, pero hoy voy a hacer algo propio del Dr. Strange. Voy a traer al Alejandro Maiza de hace tres años y que haga la introducción él.

Preparando una playlist para unos amigos, una noche de sábado, revisando unos papeles y unos correos electrónicos buscando el de una solicitud de trabajo. Sonó Tyler Ramsey, “Evening country”.

Ha sido un disco que me ha acompañado estos tres meses, siguiendo el cambio de estación y unas experiencias vitales nuevas.

Entrada para un día de cumpleaños (enero 2022)

Amado/a lector/a, espero que me perdones la poca actividad que hay en Saturar… estos días, y que estoy aumentado peligrosamente entre la publicación de entradas. Pero estas fiestas no es que haya tenido mucho tiempo (he trabajado casi todas las Navidades) y me he sentido bastante abatido. Pero empiezo a ver algo de luz en este túnel oscuro que han sido estos días. Y claro, tengo que hablar del hecho de cumplir 31 años.

«Mujer escribiendo en un sillón», Gabriel Münter. Imagen tomada de Paradigma D’Arte.

Navidad 2021

Otras navidades más, amado/a lector/a, aquí estamos, junto al fuego y bebiendo whiskey caro mientras recordamos este año. Bueno, yo estoy bebiendo manzanilla tras cenar, que luego me da reflujo, pero queda súper bien la introducción. Lo que sí es verdad que estamos a punto de dar otra vuelta al Sol y empezar un nuevo año. Así que, en estos días de añoranza y recuerdos, vamos a recordar algunas canciones.

Y la de este año casi, casi se me junta con el año nuevo. Estuve trabajando estos días y no me sentía muy bien, parte por los polvorones, parte por la gripe, pero no quería despedir este 2021 sin mi post trimestral sobre lo que más me ha emocionado del panorama musical.

Tiempo de apañar manzanas. «Down by Maple River» (Tapestry)

Estos días en casi toda Asturias toca apañar manzanas: la cosecha de este año está siendo bastante generosa. Hay muchas manzanas. Y muy apropiado al momento nosotros vamos a hablar del álbum de las manzanas por excelencia: Down by Maple River, de los maravillosos Tapestry.

Fotografía del insert del álbum Down by Maple River. Imagen extraída de Museum of Canadian Music.

Retrato del cansino cachorro. Tienes que ocultar tu amor

Llegué muy tarde a muchas cosas: a las relaciones de pareja, a conducir, a relativizar cosas, a mi título en Matemáticas… puede que hasta a un puesto de becario. No me arrepiento de ello; las cosas llegan a su debido tiempo, pero me duele la tardía llegada de los Beatles a mi vida. Durante mis últimos años del Grado han sonado mucho y quería recordar mis experiencias en este viaje al pasado.

En los discos de mi padre no figuraban ni en los de mi madre, que los detestaba y se pasaba directamente a Pink Floyd, o los de mi padre, con sus toneladas de New Age y alguna otra cosa prog. Yo era fan de Harrison en su periodo Travelin’ Wilbury y solitario, pero no había profundizado mucho en los demás.

Primavera 2021

Ahora que empiezan las flores y las fiestas de Semana Santa, toca mi ya tradicional entrada para este equinoccio. Aquí van algunas canciones que merecen dedicarles un poquito de tiempo, como las flores que empiezan a salir. Y ya que no tengo que estudiar para la UNED aprovecharé esta Semana Santa para hacer cosas de que de verdad me gusten.

«Sin título», de la serie Hafiz. Farrah Ossouli, gouache sobre papel. Más información aquí.

Retrato del cansino cachorro: una introducción rápida

Este lunes, a las casi once de la noche, me enteré que acabé el Grado en Matemáticas. Tras semanas estudiando (mal) y como podía, a base de ánimo que me producía escuchar el último álbum de Aaron Frazer y a Phoebe Bridgers en su EP Killer. Llegaba sin ánimo ninguno de trabajar, estudiaba, y luego tenía que madrugar para conectarme al módulo de Turismo. Fue un fin de semana sin sueño, estudiando los apuntes a tope de cafeína y música clásica, y el lunes me examiné a las seis de la tarde.

En cada estación: “Shadow Box”, Emily Baker

Entre mis propósitos de año nuevo está pendiente seguir con la colección de entradas dedicadas a discos o bootlegs que he descubierto gracias a Internet. Empecé con el de Ryan Adams, también el de Graham Bramblett, pero he parado un momento de escribir estas entradas, que seguirán este año. Al menos una cada mes. Y mejor día que hoy, en el que el temporal Filomena nos ha metido a todos en casa, que hablar de este trabajo tan bonito de Emily Baker, Shadow Box.

La portada ya nos dice qué nos vamos a encontrar: vemos a Emily en el suelo de su habitación, ante lo que parece un casillero clasificando algo, no lo sabemos. Está rodeada fotografías, recueros y, en especial, de vinilos, y prestemos atención. Music, de Carole King está al fondo izquierdo, Lady Soul de Aretha Franklin junto a Tunnel of Love de Bruce Springsteen… ¡Y Patti Smith con el Stage Fright de The Band! ¿Os falta el aire? A mí también. Más cuando percibes el debut de Emmylou, Pieces of Sky, en el sofá del fondo, cerca de su guitarra.

Tren sin frenos: “Live at Rough Trade”, Ryan Adams

Cuando salió Prisoner yo tuve opiniones encontradas, como muchos de los fans de Ryan. Si bien nunca te esperas con lo que saldrá Ryan Adams, y como fan de él tienes que estar preparado ante cualquier cosa: desde colaborar con Emmylou Harris o Dave Rawlings hasta darte un 1989 plagado de versiones de Taylor Swift; lo mejor es ponerte el disco y dejarte llevar por lo que el enfant terrible del rock and roll te proponga. La experiencia puede ser una grata sensación trascendente y emocional o una patada en los huevos sin previo aviso, pero estás ante Ryan: le quieres como es, así que asume las consecuencias.